Cuando una familia monoparental, cuya cabeza de familia es en el 90% de los casos la madre, debe asumir toda la responsabilidad económica de sus hijos, no tiene empleo y no cuenta con una red de apoyo familiar. ¿Qué ocurre?
La consecuencia es clara: Los menores se ven abocados a una situación de pobreza y si a esta circunstancia le sumamos un gran sufrimiento por malos tratos o violencia, la situación se convierte en límite o desesperada.
Unas 15 familias cada año en esta situación acuden a la Residencia para familias de Cáritas Diocesana de Pamplona – Tudela para tratar de reorganizar su vida. Son familias monoparentales, de madres con menores a su cargo que llegan a la residencia de Cáritas Diocesana de Pamplona y Tudela con un gran sufrimiento por malos tratos, violencia, muchas heridas abiertas, dificultad laboral, sin preparación ni formación, carencias económicas y sin apoyo con los niños.
En el centro encuentran un lugar de tranquilidad y sosiego que les garantiza las necesidades básicas de vivienda, alimentación, higiene etc. y les aporta una estabilidad que les permite invertir sus esfuerzos en trabajar aspectos más personales como apoyo psicológico, laboral, organización familiar, límites…
Se les apoya en todas las facetas de la vida pero siempre buscando que sean independientes, que la residencia sea un paso dentro del conjunto de su vida.
Se prepara con cada familia un itinerario de estancia y acompañamiento con el objetivo de que los motivos que le han llevado hasta el centro se vayan eliminando. Se trabaja el desarrollo de empoderamiento, las habilidades marentales con los niños, los problemas económicos, se les ayuda también en la educación, atención y cuidado de la familia pero siempre bajo su responsabilidad, con la idea de que las madres asuman su atención y cuidado.
ORGANIZACIÓN EN LA RESIDENCIA
La Residencia está asistida las 24 horas del día por una comunidad de Laicos de Fraternidad Escolapia Lurberri. Cuenta además, con el apoyo de una Directora de la Residencia y personal voluntario.
La permanencia en este recurso de Cáritas es de 4 a 6 meses porque que es un espacio que ayuda a las familias a centrarse y organizarse, pero después deben “tirar y seguir” con su vida.
Fotografía: Daiga Ellaby on Unsplash