“La complejidad es mínima, no es más que una urna que da vueltas, pero ha sido necesario darle unas cuantas vueltas para llegar a algo que fuera vistoso, práctico, resistente, con participación del público, que no entorpeciera la venta, etc… había una serie de condicionantes a respetar que son los que han marcado el diseño final.”
Nos hemos dado cita con él en la Tómbola para que nos explique el proceso creativo. Nos hemos encontrado a una persona activa, ingeniosa y divertida, que entendemos que, por su caracter, se haya involucrado en este proyecto.
- ¿Cómo surge la idea de colaborar con Tómbola y crear la máquina para revolver boletos?
Todo surgió con un simple comentario. Una voluntaria que colabora con la tómbola me enseñó un vídeo de la máquina que imprime los boletos, (algo muy curioso de ver) y me comentó que andaban buscando una manera de mostrar al público que los boletos están perfectamente revueltos. En ese momento se me ocurrió que podría hacerse una especie de mezcladora con aire y sobre la marcha me comprometí a hacerla.
Lamentablemente, la mezcladora de aire no funcionó, pero como ya me había comprometido a hacerlo, seguí evolucionando la idea hasta llegar a lo que es hoy en día.
- ¿Has tenido que fabricar muchas pruebas o prototipos?
Se han hecho 3 modelos diferentes:
El primero, una especie de “pecera” con unos ventiladores en la base. La idea era que por el efecto del aire los boletos revolotearan y cayeran en un recipiente. Pero los ventiladores no tenían la fuerza suficiente para levantar los boletos y si lo hacían, el resultado era bastante incontrolable. Nadie quería ver boletos escapando por todos lados….
El segundo, fue una urna similar a la actual pero colocada de manera vertical. Los boletos caían en un cajón extraíble de manera que se metía el cajón en la urna para revolver y se extraía para la venta. El efecto “revolvedor” era más visual que en el modelo actual, pero esta idea se descartó por no ser muy práctica. Se perdía demasiado tiempo al manipular el cajón y esto podía generar colas.
El tercero y conocido, una urna con una inclinación tal que haga el efecto “mezcla”pero que al mismo tiempo asegure que ningún boleto se escape fuera.
- ¿Cómo hacías las pruebas para ver si funcionaban?
Los tres se han hecho de la misma manera: primero plasmando la idea en un prototipo en madera para ver el funcionamiento. Prototipo hecho en casa con poco más que un serrucho y un bote de cola. Había tardes que la cocina de mi casa parecía una carpintería…. Una vez hechas todas las pruebas, un diseño 3D para poder generar unos planos y encargar los componentes a fabricantes especializados para después montarlos.
- ¿Qué problemas te fueron surgiendo…?
Más que problema, la mayor dificultad ha sido el poder plasmar en algo físico lo que se quería transmitir. En la práctica, el mayor problema ha sido encontrarse con que los boletos son bastante escurridizos… 1.000 boletos dentro de una urna dando vueltas, son capaces de colarse por cualquier rendija. El ángulo y dimensiones de las urnas no son casuales. Cuanto más vertical, el “efecto mezcla” era mayor, pero esto aumentaba también las posibilidades de que los boletos se escurrieran entre las rendijas de la tapa. Se ha buscado el equilibrio, de manera que se garantice que no salgan los boletos incluso con la tapa abierta aun a costa de sacrificar algo el “efecto mezcla”.
- Desde Tómbola, los responsables consideran que los revolvedores han sido un acierto. Las vendedoras están encantadas porque es más limpio que las antiguas bandejas. Llama la atención su forma…
El que las urnas tengan una forma hexagonal tiene su explicación. Otro condicionante era el tamaño, no demasiado aparatoso pero con capacidad suficiente para que cupieran 1.000 boletos. El hacerlo hexagonal, al fabricarse con piezas planas que se pueden cortar a medida, permite fabricar las urnas con cualquier dimensión, pudiendo elegir las medidas óptimas.
- Al ser metacrilato, la transparencia respecto a los boletos es total.
Tenía que ser algo visual. No solo se trata solo de mezclar los boletos, sino de mostrarlo. Por esto se han hecho unas urnas transparentes.
- ¿Has invertido mucho tiempo entre pruebas y prototipos?
Han sido unas cuantas pruebas y muestras las que se han hecho, sobre todo con la primera idea del revolvedor con ventiladores, pero lo he podido administrar ese tiempo como he querido, haciéndolo en ratos libres. Es un trabajo entretenido, no considero que he “gastado” tiempo, sino que lo he invertido en algo gratificante.
- ¿Por qué has decidido involucrarte en este proyecto de forma altruista?
Surgió de forma espontánea, y en seguida vi la ocasión perfecta de poder colaborar aportando tiempo que podía administrar a mi antojo. Por motivos laborales y familiares me es difícil comprometerme con algo y atarme a unos horarios, pero una colaboración de este tipo para mí es perfecta.
- La máquina que imprime los boletos la creó un ingeniero voluntario como tu en 1985. ¿Crees que la máquina revolvedora que ha sido la gran novedad de este año durará también 35 años?
¡Noooooo! No se puede comparar una cosa con la otra. El desarrollo de la máquina que imprime los boletos es algo técnicamente muchísimo más complejo. A la vista está que se hizo un trabajo muy bueno, si la máquina lleva 35 años funcionando. En el caso de los revolvedores estamos hablando de algo infinitamente más sencillo, solo se ha plasmado una idea en algo físico y no espero que perdure en el tiempo. Lo que si espero es que la idea y el concepto de transparencia se mantenga y evolucione, para lo cual podrán contar conmigo siempre que quieran.