Para Lola de la Cal, una madrileña de 61 años, residente en Boadilla del Monte, este es su segundo año como voluntaria en la Tómbola de Pamplona.
Una mujer comprometida que no le importa perder parte de sus vacaciones por ayudar a los demás. Haciendo esto, ella es feliz.
Mi amiga Maialen, que lleva 4 años cooperando con Cáritas, me preguntó el año pasado si me gustaría venir a colaborar con ellos a la Tómbola… ¡No me lo pensé dos veces!
Esta mujer elige la semana de San Fermín para llevar a cabo su cometido… Aunque como ella misma reconoce, la fiesta apenas la ve. Está más centrada en hacer felices a los demás.
Aunque vengo en sanfermines, mi fin aquí es ayudar. Algunas tardes nos damos una vuelta por Pamplona para ver un poco el ambiente, pero yo vengo a dar ilusión a la gente que se acerca hasta la Tómbola.
Lola asegura que es gratificante estar en contacto con la gente y sobre todo, que sean tan amables… ¡Le encanta! Por eso mismo, ahora que ha tenido la oportunidad de volver, no se lo ha pensado dos veces…
Si por lo menos, una vez al año, una semana, puedo cooperar de esta manera, pues estoy encantada. Me encanta Cáritas. Es todo muy humano, piensan mucho en las personas necesitadas y me llena de orgullo decir que yo pongo aquí mi granito de arena.
Si la queréis conocer, Lola estará tras el mostrador de los regalos hasta el 14 de julio. Una mujer encantada con los pamploneses que hasta allí se acercan.
La gente de Pamplona es muy maja y muy cariñosa, no tengo ninguna queja de ellos. Noto que están muy mentalizados: les toque lo que les toque, ellos saben que el fin es muy bonito. Son muy agradables en general.
Lola lo tiene claro…
El año que viene, sin ninguna duda, volveré.